sábado, 27 de agosto de 2016

BEAST PARTY


Si había una verdad que todo el staff tenia clara, que cada persona alrededor de la banda sabia perfectamente bien era que su jefe, solo tenia una debilidad, una que le convertía en un dulce cachorro obediente y que haría lo que fuera por su amada pareja. Todos sabían que Hyde haría lo que fuera y cumpliría cada capricho o petición solo por una persona y ese era Kaz.

Por eso todos miraban extrañados al cantante conforme las copas y vasos de alcohol en sus manos desaparecían uno tras otro en su garganta; y que de inmediato tenía otro lleno listo para ser bebido. Cosa que no habría causado la extrañeza de todos si no fuera porque Kaz expresamente le había pedido a su novio que no bebiera demasiado, cosa que usualmente Hyde aceptaba, pero no esa noche. El ambiente de la playa, brisa, sol y toda la diversión del Beast Party le habían “inspirado” para convertirse en una esponja humana que parecía no pensar en detenerse esa noche. Una tras otra se terminaron las botellas al igual que los que soportaban el ritmo de la fiesta. Poco a poco conforme los presentes fueron cayendo borrachos y dormidos, la velada termino. Era prácticamente la hora de la salida del sol.

El fabuloso fin de semana había terminado, el éxito de los conciertos había sido absoluto, los fans estaban felices y la banda… la banda estaba de vuelta en el estudio, sufriendo las consecuencias de todo lo que habían bebido.

El principal problema era que el staff no sabia que hacer con su jefe, que gracias al dolor de cabeza que la resaca le había traído estaba insoportable, como nunca, Hyde normalmente era amable, considerado y tranquilo; pero ese día se la había pasado maldiciendo, quejándose del calor, el frío, el aroma, el ruido… de todo. Varios habían intentado calmarlo pero era tarea imposible, el cantante simplemente no estaba de humor para nada que no fuera quejarse y gritar regañando a todos hasta por el ruido que hacían al caminar.

Kaz había estado tranquilo, observando a su novio ir y venir de mal humor, gritar, enojarse por todo y aterrorizar a todos los presentes. En su mente había puesto un limite, si Hyde no se calmaba para la hora del almuerzo iba a intervenir. Pero tuvo que levantarse del sillón antes de eso y atrapar al cantante de la cintura al verlo ir furioso a ver quien hacía tanto ruido en la sala de vestuario donde el staff acomodaba la ropa.

- ya es suficiente, solo están haciendo su trabajo

- ¡Pues que lo hagan en silencio! – se quejo e intento removerse para soltarse de su agarre

- Te dije que no bebieras tanto, ahora aguántate, ¿tienes idea siquiera de cuanto alcohol te tomaste? 

- Suéltame…

- No, ya gritaste lo suficiente, ahora acuéstate en el maldito sillón y deja que los demás terminen lo que tienen que hacer, estas asustando al staff entero, ellos no tienen la culpa de que decidieras de verdad beber como un pirata anoche, te lo dije, te pedí que pararas ¿por qué no me hiciste caso?

- ¡Estábamos celebrando!

Kaz negó rodando los ojos mientras lo arrastraba al sillón. El staff que estaba ahí los veía en silencio, todos conocían bien la relación entre sus jefes, por debajo del agua el que tenía la última palabra era Kaz aunque el que diera las órdenes fuera el cantante. Todos lo sabían y agradecían porque el guitarrista era probablemente la única persona en el mundo que podía hacer a Hyde entrar en razón cuando la terquedad le ganaba a su sentido común. Y justo en ese momento era un gran alivio que Kaz decidiera al fin intervenir, porque ya no sabían que hacer y que no para que su jefe no fuera a molestarse.

- Kazu… - el cantante miró a su novio con un puchero molesto mientras intentaba acomodarse de alguna forma en el lugar para descansar un poco – deberías estar de mi lado, estarme consintiendo… 

- Lo haría si me hubieras hecho caso, si te sintieras mal por estar enfermo o algo pero no, ignoraste totalmente lo que te pedí y seguiste bebiendo como un loco, ahora no pidas que todos soporten el mal humor que tienes por eso.

- Me duele la cabeza, no esperarás que esté feliz ¿no?

- Espero que aceptes que es tu culpa y dejes de comportarte como un adolescente – bufó negando sentado a su lado y cruzándose de brazos, estaba molesto con su novio, odiaba cuando Hyde no le hacia caso y luego se molestaba por el resultado de sus tonterías.

El cantante gruño por lo bajo y en un descuido del guitarrista se levantó de nuevo, el ruido que provocaba el proceso de acomodar, limpiar, ordenar y alistar todo, estaba volviéndole loco, en ese momento no le interesaba si necesitaban tener todo listo o si alguien iba corriendo para atender un pedido, solo quería que se callaran, que nadie hiciera ni un sonido y que le dejaran dormir. En esos momentos no toleraba ni los regaños de Kaz que sólo llegaban cuando eran realmente necesarios.

- mierda, ¿es necesario que hagan tanto escandalo?

- P-pero Hyde-san…

- No me importa, dejen de hacer ruido, parece que se traen una fiesta y…

- Solo estamos acomodando la utilería del concierto

- ¡Pues háganlo en silencio!

El staff se miró entre ellos, la verdad era que todos iban apurados y que realmente nadie estaba haciendo un escandalo como tal, lo que se escuchaba eran los ruidos normales de todos los días, así que no sabían como bajar el nivel y cumplir con su trabajo a tiempo, además las constantes peticiones de Hyde; café, agua, cerrar la ventana, abrirla de nuevo… poner música, quitarla y mas; estaban retrasándoles bastante. Todos se lamentaban no haber escondido las botellas o algo mientras la fiesta se daba.

Aquel día simplemente no estaba yendo bien para Hyde, estaba molesto, irritado, con dolores de todo tipo y sobre todo… con sueño, pero tampoco podía dormir, la cabeza palpitándole no le dejaba conciliar el sueño. 

Tampoco quería comer a pesar de tener hambre, el alcohol le tenía el estomago revuelto y solo ver los platos le provocaba nauseas.

Iba a seguir gritándole a todo el mundo cuando Kaz volvió a encontrarle. El guitarrista le tomó por un hombro desde atrás y miró a las caras de susto que les rodeaban.

- sigan con lo suyo… yo me encargo de Hyde – murmuró tirando de él al camerino y cerrando la puerta. A pesar de las quejas de su pequeño novio lo acorralo contra la pared y le acaricio el rostro – Hyde… necesito que te tranquilices – susurró intentando parecer tranquilo mirándole a los ojos - ¿por qué no intentas dormir un poco? Si te quedas aquí seguramente el ruido será menos.

- Déjame, no quiero escuchar tus sermones ahorita – se quejo de inmediato el mas bajo intentando apartarle – vete a regañar a otro, justo ahora no estoy de humor para…- guardo silencio al ver los ojos de Kaz afilarse y una de sus cejas levantarse

- ¿cómo dices?

- Olvídalo… quítate ya

- No, ¿acaso dijiste sermones? ¿eso te parece que hago? ¿sermonearte?

- Lo haces, siempre detrás de mi, “Hyde no hagas esto” “Hyde eso no” “Hyde no puedes decirle algo así a la gente” bla, bla, bla… 

El guitarrista tomo aire, ese día su novio se había convertido en un niño berrinchudo sin duda alguna, no sabía si tirarse a reír o si ponerse serio y hacerlo entrar en razón como había hecho tantas veces en el pasado. Normalmente Hyde era adorable, era todo besos y abrazos… Pero cuando estaba en ese estado…

- Humm… entonces no voy a sermonearte, voy a ayudarte a tranquilizarte – susurró hablándole al oído. Aquello normalmente lograba que el cantante suspirara y se abrazara a el para un beso, pero no esta vez. Hyde le empujo y se alejó mirándole con el ceño fruncido.

- Déjate de pendejadas ¿por qué todos están tan insufribles hoy?

- El insufrible es otro…

- ¿cómo dijiste? – los ojos que normalmente se derretían al verle ahora le miraban con el enojo marcado en la frente – repítelo… anda repítelo Kazu

El guitarrista soltó un largo suspiro y sonrió negando – bien, ya fue suficiente, lo intente por las buenas… después no te quejes – murmuró caminando hacia la puerta.

- Eso, vete y déjame de una v…- el reclamo se apago al ver que Kaz no había salido de la habitación, lo que había hecho era ponerle seguro a la puerta - ¿qué mierda haces?

- Sacarte ese genio por las malas – respondió dándose la vuelta y caminando hacia el de forma decidida. Hyde que ya conocía esa mirada se tensó de inmediato y corrió tras el sillón esperando poner el mueble de por medio entre las manos de Kaz y él. Sabía que si lo atrapaba estaba perdido. Enojado o no, los toques de su novio eran su perdición, desventajas de estar estúpidamente enamorado de alguien…

Se movieron de lado al lado alrededor del sillón un par de minutos antes de que el guitarrista atrapara una de sus muñecas para evitar que huyera y brincara con facilidad el mueble, lo tomara de la cintura y girara para acorralarlo contra el mismo mirándole divertido.

- te tengo

El grito del cantante quedo ahogado contra la lengua que le invadió la boca en un beso ardiente mientras el cuerpo de su novio iba haciéndole retroceder y rodear el sillón para terminar sobre los cojines con el cuerpo del guitarrista encima. Se removió intentando resistirse, pero estaba en desventaja, su novio sabia perfectamente como tocarlo y donde para reducir su resistencia al mínimo. Jadeo por aire cuando el beso termino tratando de inmediato de detener las manos que ya estaban abriéndole la ropa y tocándole con deseo.

- no… - habría querido que aquello sonara con mas autoridad pero bueno… cuando se ama a alguien eso no es posible. Soltó un quejido al sentir dientes en uno de sus pezones y unas fuertes manos bajándole los pantalones – Kaz… detente… mi cabeza…

- oh, se te quitará pronto Hyde… ahora, quédate quieto… no me hagas pedir una cinta de embalar para que te comportes – sentenció dejándole desnudo y metiéndose entre sus piernas atrapo sus brazos a los costados de su rostro, la furia en los ojos de Hyde era evidente, pero no le asustaba, al contrario… resultaba divertido verle así, sin atreverse a seguir gritando pero con la rabia brillando en la mirada, Hyde odiaba perder - Si las miradas mataran… - negó apretando su agarre y comenzando a besar su cuello.

Hyde aun no se rendía del todo, pero dadas las circunstancias en que se encontraba usó la única forma de rebeldía que le quedaba, apretó los labios decidido a no dejar escapar ni un solo sonido. Kaz le conocía demasiado bien, habían estado juntos desde los inicios de VAMPS y no era la primera vez que terminaban así.

- oh, ya veremos cuanto soportas… y por cierto, vas a disculparte con todos después de esto

- y una mierda… no voy a hacer na… ahhhmmm… - en menos de dos segundos Kaz le había soltado para atraparle de la cadera y hundir su miembro en su boca tomándole desprevenido al succionar su punta de la nada – m-maldito…

Los labios del cantante volvieron a apretarse mientras los del guitarrista se movían con maestría torturándole con el placer, usando sus dientes suavemente para hacerle retorcerse, apretando sus mejillas y cambiando la velocidad con que se movía buscando arrancarle otro gemido, pero nada, Hyde se mordía la mano con tal de no perder la batalla. Pero como era lógico Kaz no iba a rendirse tampoco y sin aviso introdujo tres dedos en su interior lo mas profundo que pudo y comenzó a moverlos en diferentes formas. Hyde se retorcía respirando con dificultad, mantenerse callado estaba resultando demasiado difícil. Aquellos dedos sabían bien su camino, le hacían temblar e intentar cerrar las piernas, pero claro, su novio no se lo permitía y cada que lo intentaba de forma inconsciente solo conseguía que Kaz hundiera mas los dedos en el para mantenerle quieto. Así se libraba la pequeña batalla hasta que cansado del juego el guitarrista colocó sus dedos en el ángulo que tan bien conocía y atacó directamente la próstata del otro.

El efecto fue inmediato, las manos del cantante pasaron a su cabello donde se enredaron, su espalda se arqueo y un profundo y ronco gemido salió de su garganta, alargándose al Kaz seguir embistiendo ese punto con los dedos sin parar. El calor iba arremolinándose en su vientre, podía sentir el orgasmo acercarse, la explosión cada segundo mas cerca, ya ni recordaba su dolor de cabeza. Pero justo en el momento en que esperaba con ansias liberarse… Kaz se detuvo.

- ¡no! 

- ¿vas a disculparte cariño?

- Hmm… maldito… ah… 

Una mano comenzó a masturbarle lentamente

- estoy esperando una respuesta

- ah… b-basta… por favor…

- respóndeme… o me levantaré… y me iré… y te dejaré así – se inclinó sobre el pequeño cuerpo de Hyde para morder el lóbulo de su oreja.

Un gemido de resignación salió de labios de Hyde ante de responder – como tu digas… - un pequeño susurro en voz baja que hizo sonreír a su novio que de inmediato le soltó para quitarse la ropa y tomar los muslos del cantante – esp… ¡ahhhhh! 

De un segundo a otro tenía a Kaz clavado hasta el fondo, tocando su punto, haciéndole retorcerse… Y fue peor… o mejor cuando el mas alto comenzó a moverse con fuerza arrancándole gritos de placer y suplicas.

- hmmm eso es… demuéstrame ah cuanto te gusta…

- Kaz… hmm ahhh… n-no tan fuerte ahhh dios…

No había mejor manera de calmar a Hyde que esa, a veces realmente era la única manera en que el mal genio se le iba. Los movimientos eran sensuales, rápidos, lentos de a ratos, profundos y deliciosos, los cuerpos de ambos bien trabajados, fuertes y hermosos tenían la fortaleza para llevar esos encuentros a algo salvaje y apasionado. La sensación de ser invadido por la persona amada no tenia comparación alguna, cada arremetida le recordaba al cantante que le pertenecía a Kaz, que ese que le tomaba y sacaba gritos era su pareja ideal como nadie lo había sido jamás. Gemía su nombre y escuchaba el suyo salir de labios de su amado que no le daba descanso, que le tomaba y poseía de forma ardiente.

Su cuerpo iba tensándose, un fuerte orgasmo venía, uno que se sentía sería tan intenso que lo asustaba a la vez que lo ansiaba.

- Kaz… ahumm… ah… 

- Hmm cariño…

- Ahhh…

Los músculos de ambos comenzaban a tensarse, sus cuerpos se preparaban para la intensidad del orgasmo que se venía, podían sentirlo, a unos cuantos movimientos mas. Las uñas de Hyde se clavaron en la espalda de Kaz con fuerza y sus labios se unieron por ultima vez antes de tener que separarse para poder gritar al llegar al fin el clímax, un largo, intenso y delicioso orgasmo les invadió por completo. Hyde terminó de forma abundante entre sus cuerpos y sintió como su novio le llenaba con fuerza, su interior se sentía caliente y húmedo.

Sus respiraciones eran ruidosas al necesitar el aire de vuelta en sus pulmones, sus cuerpos aún unidos temblaban mientras los ojos cerrados de ambos les daban paz momentánea.

Tras unos minutos así Kaz salió del cuerpo de su novio y le dejó al fin moverse y estirarse un poco.

- hmmm… eres un… idiota… me duele todo…

- ¿y la cabeza?

- Todo menos la cabeza – respondió el cantante riendo, el mal humor se había esfumado - ¿por qué siempre tienes que ganar tu?

- ¿por qué siempre tienes que enojarte por tonterías? – le guiñó – eres un berrinchudo… 

- pero soy tu berrinchudo – se sentó y beso su mejilla antes de buscar su ropa – eres malo Kazu, yo solo quería silencio.

- Sabes que no es cierto – rió vistiéndose también – anda, date prisa, tienes una disculpa que ofrecer

Hyde le miró con un puchero - ¿de verdad vas a obligarme a hacerlo?

- claro… los pobres estaban aterrados

Cuando estuvieron vestidos y con el cabello lo mejor acomodado que pudieron salieron juntos, Hyde agotado de la mano de su novio y con una mueca tierna en el rostro mientras iban donde el staff ya estaba almorzando. Al llegar pudo notar como todos les miraban algo tensos, desvió la mirada a un lado y suspiro

- Hyde tiene algo que decir, por favor, todos atención – pidió el guitarrista y miro al cantante que se debatía a su lado con un puchero – Hyde…

- Ya… bien, lo lamento… - murmuró en voz baja apretando la mano de Kaz

- Nadie va a escucharte con ese tono

Tras una mirada de reproche a su novio dirigió la mirada al staff y suspiro bajando ligeramente la cabeza – Lo siento, me comporte como un idiota

Todo mundo se quedo en silencio parpadeando sorprendido por lo que estaba pasando, no les cabía la menor duda de que Kaz había logrado tranquilizar a su jefe, tampoco dudaban de cual había sido el método, todos habían escuchado un poco en varias ocasiones, pero nadie jamás decía nada.

- bien, sigan comiendo por favor, estaremos en el camerino – sonrió Kaz y tiró de su cansado novio, era hora de que tomara una siesta, el mismo se encargaría de que durmiera algunas horas… quizás hasta se quedaría a dormir también un rato.

Lo último que Hyde vio antes de salir siendo arrastrado por su novio, fueron las sonrisas del staff, suspiró y observo a quien le llevaba de la mano con tranquilidad, sonrió también, no había forma en que pudiera ganarle a Kaz, nunca, no cuando lo amaba tanto y éste usaba eso a su favor para salvarlo de si mismo.

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